05 de Mayo de 2011

¿De qué depende la productividad chilena?

Joseph Ramos, Profesor, Facultad de Economía y Negocios, Universidad de Chile. La Tercera 5 de mayo 2011

Durante el “milagro” chileno nuestra productividad creció por sobre 2% anual. En cambio, en los últimos 12 años ésta se estancó. Para unos, esto muestra que los beneficios de las reformas liberalizadoras de los últimos 30 años se agotaron. Para otros, este estancamiento se debe a políticas que elevaron el costo de operar – creando mayores “lomos de toro”. Si bien hay algo de verdad en los anteriores diagnósticos, creo que son la parte menos importante de la explicación. Sostengo que el estancamiento en nuestra productividad se debió a ineficiencias generadas por fluctuaciones macroeconómicas más que a crecientes rigideces microeconómicas. Por ejemplo, la implosión financiera en USA a partir de Septiembre 2008, indujo una fuerte contracción del gasto de los inversionistas y consumidores chilenos. Esta inesperada caída en las ventas - muy por debajo de lo proyectado por nuestras empresas en el 2008, condujo a la recesión del 2009. Por cierto, es altamente ineficiente tener mucha capacidad ociosa y alto desempleo. Sin embargo, tal caída en eficiencia y productividad (cayó 2 1/2% en el 2009) no es atribuible a mayores lomos de toro o a una peor organización productiva de la empresa si no a factores macroeconómicos ajenos a la empresa. Algo similar sucedió con la crisis asiática (1998/99) cuando nuestra productividad cayó 4%. Asimismo, el estancamiento de la productividad entre 1999 y 2005 se debió a que el crecimiento de las ventas y, por ende, de la producción resultó menor a lo esperado en los planes de inversión de las empresas. Ello abrió una brecha significativa entre el PIB potencial y el PIB efectivo, desacelerándose así el PIB de tendencia. De ahí que la caída o nulo crecimiento de la productividad desde 1997 refleja principalmente ineficiencias atribuibles a factores macroeconómicos y no a mayores rigideces microeconómicas o a un mal manejo empresarial. En la actualidad, gracias al repunte cíclico de la economía y al impulso que le ha dado la reconstrucción, la capacidad ociosa se ha reducido marcadamente y nos acercamos a pleno empleo. Por tanto, la evolución futura de la productividad será gobernada principalmente por factores microeconómicos. Aplaudo los esfuerzos por eliminar lomos de toro y rigideces en los distintos mercados. Mas considero que elevar la productividad en el Chile de hoy no depende mayormente de mejores políticas. Más bien depende de lo que hagan los empresarios para reducir sus costos unitarios y mejorar calidad. En efecto, la productividad media de la gran mayoría de empresas chilenas está a medio andar de sus símiles en los países desarrollados. Acelerar nuestra productividad dependerá de cuán rápido nuestros empresarios identifiquen esas mejores prácticas y tecnologías internacionales más aptas para Chile, las adapten y las introduzcan en sus empresas. Es esta imitación inteligente de mejores prácticas y tecnologías lo que explica a mi manera de ver el acelerado crecimiento actual de China e India, y no a que tengan políticas económicas mejores o más liberales que Chile. De hecho, estas economías padecen de muchas más rigidices, lomos de toro (y corrupción) que la nuestra. En una palabra, una vez asegurado un buen entorno macroeconómico (y esto sí depende de la política económica) así como mercados relativamente libres y competitivos, como los de hoy en Chile, las mejoras más importantes en nuestra productividad provendrán fundamentalmente de que el empresario “mire hacia fuera”. Y es en fomentar esta imitación inteligente de mejores prácticas, más que en políticas de reducir rigidices (las que siempre son bienvenidas), donde reside el potencial mayor de acelerar la productividad en Chile.

Volver a lista de Opiniones