12 de Mayo, 2020

Cencosud: La altura de su Costanera Center contrasta con la pequeñez de su actuar

*Publicada en Diario El Mercurio el 12 de mayo

 

En etapas críticas como estas se ve quién es capaz de transitar por situaciones desconocidas y salir airoso. Quién puede mirar más allá de su nariz. Quién hace lo que dice y quién no. Quién está a la altura de las circunstancias y quién no. En esta crisis, Cencosud y sus directores reprobaron.

 

Las economías de EE.UU. y China se contraen en un 6% en el primer trimestre de este año. Los datos de marzo muestran que nuestra economía no será inmune al coronavirus. Si consideramos los días trabajados, el crecimiento de marzo, contra igual período del año pasado, cae en número cercano al de las dos potencias mundiales. Los gobiernos de la región reaccionan. Las economías con mejores polítias macroeconómicas son aquellas que han podido implementar las medidas más agresivas para paliar esta crisis: Chile y Perú.

 

En situaciones tan excepcionales como la actual se requieren políticas excepcionales. Por eso, se entiende que se le pida a la población que se mantenga en cuarentena, limitando su posibilidad de trabajar. Que el Estado, el Banco Central y Hacienda entreguen financiamiento a tasa nominal casi cero, y garantías por el 80% del crédito a la banca para que esta preste. Y que se apruebe una ley que permite a las empresas pactar con los trabajadores una desvinculación transitoria que les posibilita a estos últimos acceder al seguro de cesantía sin mediar un despido, pero a costa de una rebaja de sus ingresos.

 

Al legislar estas medidas se busca poner cortapisas para evitar un mal uso. Aunque creamos que la inmensa mayoría de las personas actúa de buena fe, una buena política pública debe estar diseñada para asegurarlo. Lograr esto nunca es fácil, más aún cuando deben aplicarse en circunstancias tan anómalas como las actuales.

La Ley de Protección del Empleo se aprobó pensando en una situación del empleo y de las empresas extremadamente compleja. Muchas firmas no han podido operar y/o han visto su demanda caer a casi cero. Desde mi perspectiva, es una ley correcta. Para que muchas empresas se acogieran en forma rápida, como las circunstancias lo requieren, sus requisitos eran simples y fáciles de acreditar. Se sabía que esto tenía riesgos, pero la magnitud de la crisis ameritaba que se corrieran.

 

Una de las filiales de Cencosud se acogió a esta política, con acuerdo de sus trabajadores. Semanas después, Cencosud repartió dividendos por un monto cercano al 80% de las utilidades. El argumento para defender la operación fue que no era ilegal. Puede ser cierto, pero ese no es el punto. La ley tenía como finalidad apoyar a los afectados por la crisis, trabajadores y empresas. Con su actuar, el conglomerado provocó desconfianza y motivó la modificación de la ley para evitar el comportamiento oportunista de algunas firmas. Con esto, miles de otras empresas y trabajadores sufrirán las consecuencias, pues ahora será más difícil acceder a este apoyo.

 

Cencosud también entorpeció la adopción de otras medidas que, según el devenir de la situación económica, pueden ser necesarias. ¿Cuánto aumentará la desconfianza al momento de legislar? ¿Cuánto más compleja será ahora la aprobación de una ley de apoyo a empresas de gran tamaño? El respaldo a una megaempresa siempre requiere de más cortapisas: regular la entrega de dividendos, regular los salarios de los altos cargos, las compensaciones de la salida de ejecutivos y los negocios son empresas relacionadas, entre otras. Pero ahora, es probable que el sistema político y la ciudadanía no den el beneficio de la duda al momento de tramitar un proyecto. Una iniciativa, que quizás se requiera, tendrá una tramitación difícil como consecuencia del actuar de este conglomerado.

 

Cencosud fue capaz de construir la torre más alta de Sudamérica, pero sus dueños y directores mostraron no estar a la altura que se requiere para enfrentar la crisis actual.

 

Alejandro Micco
Académico Depto. Economía