15 de Marzo de 2012

¿Chile, crecimiento Sostenido?

Manuel Agosin Decano Facultad Economía y Negocios,U.de Chile Diario La Tercera 12 de Marzo de 2012

Las últimas cifras de la economía chilena han sido positivas. De acuerdo al Imacec, la economía se habría expandido a una tasa de 5,5% en enero, después de haberlo hecho a 5,3% en diciembre de 2011. La tasa de desempleo ha venido descendiendo desde niveles cercanos al 10% a comienzos del 2010 a 6,6% en los dos últimos meses para los que se tiene registros (es importante consignar que parte de la mejora en las cifras de desempleo se debe a cambios en las preguntas utilizadas en la encuesta). Con todo, en general estas cifras son buenas y reflejan la continuación de la fuerte recuperación de la demanda interna a partir de mediados de 2009. Esa expansión ha continuado, con algunos altibajos, en forma bastante persistente. Los hogares, que retrajeron su consumo en forma dramática luego de que se desencadenara la crisis mundial de la segunda mitad de 2008, comenzaron a recomponer sus niveles de consumo en forma acelerada a partir de mediados de 2009. Las empresas que habían suspendido proyectos en 2008, los han ido retomando. Lo que llama la atención es que no son los sectores productivos tradicionales los que más han crecido. El crecimiento chileno ha estado centrado en el comercio, el sector financiero y la construcción. Si bien algunas exportaciones no cobre ya asentadas han exhibido tasas de crecimiento razonables luego de la fuerte reducción de 2008-2009, no se ve un dinamismo que mueva al optimismo en el sector exportador no tradicional. Tampoco el sector manufacturero ha contribuido al crecimiento. Ya nos hemos acostumbrado a que la Sofofa entregue cifras mensuales de producción industrial bastante deprimentes. Un tipo de cambio apreciado tiene mucho que ver con el patrón de crecimiento de la economía: Cuando el tipo de cambio sigue apreciado por largos períodos o muestra gran volatilidad, los inversionistas en exportables y bienes que compiten con importaciones tienen a postergar proyectos o simplemente abandonarlos. Por lo tanto, da la impresión de que estamos en presencia de fin de la recuperación liderada por el consumo que comenzó a mediados de 2009 y que, en realidad, no estuvo sustentada sobre nuevas inversiones en exportables o sectores competidores con las importaciones. Aún quedan muchas interrogantes respecto a cómo viene la mano en la economía mundial. China ya experimenta la resaca de su borrachera inmobiliaria y Europa no le ha dado una solución definitiva a su problema de deuda soberna. Por lo tanto, no podemos descartar un escenario internacional muy negativo en los próximos seis a 12 meses, con efectos imprevisibles sobre el precio del cobre y las exportaciones chilenas, amén de los impactos financieros aún más problemáticos para el país. En escenarios que tienen algún grado de probabilidad, podríamos enfrentar un descalabro peor que el de 200-2009, aunque hay que reconocer que dicha probabilidad ha disminuido en los últimos dos meses, gracias a la enorme provisión de liquidez por parte del Banco Central Europeo.

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