08 de Junio de 2015

Confianza e Inversión

“El país necesita un principio orientador común”

El banco central resaltó la importancia de la confianza para sostener la inversión. Por su naturaleza extraeconómica, no ahondó en qué entendía por shock “autónomo” a la confianza, lo que dio pie a lecturas superficiales. 

El debate en la prensa se refiere a las reformas y su impacto en la inversión. 

Esto lo analicé en Revista Mensaje de diciembre. Algunos empresarios y parte de la Nueva Mayoría no entienden bien hacia dónde transita el país. Los primeros creen que no tienen cabida; los segundos, que es cuestión de hacer exigibles derechos para que estos existan. El Gobierno no pretende excluir a nadie ni generar riqueza donde no la hay, pero hay confusión: es necesario darle al acto de gobernar sentido pedagógico. Hacer bien las reformas y explicarlas claramente es crucial. La crítica es que hay reformas mal hechas y su explicación deficiente. Esto resulta cómodo a muchos, porque permite esquivar responsabilidades, culpar al Gobierno y poner la presión en los ministros Burgos y Valdés. Pero hay al menos dos otras fuentes de desconfianza que afectan el crecimiento.

La primera, en la perspectiva empresarial, es la carencia de ideas en la derecha. Frente a las reformas, los inversionistas podrían ver una oposición con alternativas que morigeren las oficiales o auguren la posibilidad de alternancia en el poder. Dichas propuestas no existen. La derecha está sumida en un vacío de contenidos, sólo matizado por un debate entre intelectuales jóvenes que no sabe si convencerán a sus líderes políticos. Con una derecha sin ideas y escasa capacidad de constituirse en oposición efectiva, el empresariado se siente, erradamente, al descampado. Es errado, porque su actividad es importante socialmente hablando. 

La segunda, es la crisis de financiamiento de la política y la influencia indebida de intereses económicos. Tanto la Alianza como la Nueva Mayoría tienen bajo apoyo ciudadano. La acusada es la clase política que dio Gobernabilidad al país y con las instituciones políticas las desacreditadas. Dada la naturaleza del caso, el empresariado no puede desentenderse del problema que, al menos algunos de sus miembros, han contribuido a crear porque de paso también los afecta a ellos. 

En un debate honesto, la conclusión debe ser que el país pasa por un momento que requiere que los actores colaboren bajo un principio orientador común, pero que haga sentido al ciudadano. La derecha no lo tiene, el Gobierno sí; el fortalecimiento de lo público que, bien entendido, da espacios a todos para que desarrollen sus proyectos de vida. Según el Central, la menor inversión se explica fundamentalmente por dos elementos: el ajuste minero y el entorno externo. El tercero –confianza tiene al menos tres causas, no una –las reformas –como algunos dicen. Lo peor que podrían hacer los empresarios es restarse de hacer lo que saben: invertir.

Guillermo Larraín, Académico de la Universidad de Chile, Diario La Segunda 08 de Junio del 2015

 

Volver a lista de Opiniones