03 de Junio de 2019

Daniela Zamora Egresada FEN se prepara para el Mundial de fútbol femenino de Francia 2019.

Daniela Zamora no imaginó que las inocentes tardes en el taller de handball de su colegio la llevarían al fútbol. Ni tampoco que, a los 13 años, luego de un partido cualquiera, la invitarían a participar de la selección nacional. Menos, que a sus 28 años, haya tenido que pausar su trabajo para prepararse para su segundo mundial de fútbol llevando puesta la camiseta tricolor. Y es que la destacada deportista nacional y egresada 2014 de FEN encontró en el deporte del balón pie un lugar donde explotar su talento, ese al cual pareciera estar destinada y que hoy la tiene a punto de marcar un hito histórico en la trayectoria deportiva de Chile al pertenecer al primer equipo femenino de fútbol en participar en un mundial adulto.

Es este deporte, que la ha acompañado gran parte de su vida, el mismo que le permitió disfrutar de una valiosa experiencia durante su formación como Ingeniera en Información y Control de Gestión en nuestra facultad. Gracias al fútbol pudo representar a FEN y a la Universidad de Chile, experiencias que recuerda con orgullo y emoción. También, gracias a él pudo tener un desempeño destacable como estudiante alcanzando la tercera distinción en su examen de grado.

Fue ese desarrollo académico y el gusto por la IICG, que la llevaron a tomar la decisión de alejarse del fútbol para dedicarse 100% a su carrera, iniciando una nueva etapa con las herramientas y conocimientos que adquirió en FEN. Actualmente Daniela Zamora lleva cuatro años en la empresa de seguros BICE VIDA, a la cual ingresó al poco tiempo de titularse y donde le concedieron un permiso especial para la cita de Francia tras retomar el fútbol.

En esta entrevista, destacamos a la deportista y egresada de nuestra facultad que vio en su carrera el complemento perfecto para una formación integral, en un camino que ha recorrido dejando más de una huella.

¿Cómo iniciaste en el fútbol?‘‘

Fue en el colegio. Jugaba primero handball y en un momento se hizo un campeonato de fútbol donde ese mismo equipo se fue a participar en el campeonato. Nos fue bien y seguimos metiéndonos en otras competencias para probar más que nada, hasta que en una ocasión un entrenador de la selección nacional de fútbol me vio entrenar por el colegio y me invitó a jugar. Ahí empecé a jugar de verdad. Tenía como 13 años’’, recuerda Daniela Zamora.

En el colegio que estudió también se realizaban olimpiadas deportivas, en las que ella participaba dándose cuenta que tenía habilidades para todas las disciplinas. Pero este gusto y facilidad para el deporte es prácticamente una herencia, ya que su mamá practicaba voleibol y su papá fue cadete del club deportivo Everton de Viña del Mar, por lo que siempre le inculcaron a Daniela y sus hermanos el deporte. Es así que su hermano menor de dedicó al remo, el mayor al fútbol, y ella al mismo deporte en su rama femenina.

‘‘Yo no tenía idea que Chile contaba con una selección femenina, en ese momento el fútbol femenino no tenía el boom que tiene ahora. El entrenador que me reclutó me dijo que fuera a probarme a ver si me gustaba y para mí todo fue una sorpresa…. no sabía que existía y yo no me dedicaba al fútbol... no era mi deporte principal. Pero fui, y empecé a quedar en todas las nóminas que se armaban semana a semana. Era un orgullo que te llamaran. Uno se lo espera, lo quiere, y estar en esa lista...es muy difícil explicar lo que se siente’’. 

¿Cuándo consideraste el fútbol como algo más importante en tu vida?

‘‘El 2008 se jugó el mundial sub20 en Chile y para esa competencia la preparación fue muy intensa. La mayoría entrenábamos doble jornada, pero desde hace dos años antes ya nos habíamos empezado a preparar bien. Recuerdo que en el colegio tuve que dar exámenes libres y ahí sentí que mi foco pasó a ser más la selección que el estudio. La selección me empujó a jugar al fútbol profesional, porque si no hubiese sido por ese mundial yo hubiese seguido jugando más por hobbie’’.

El mundial al que se refiere Daniela es la Copa Mundial Femenina de Fútbol Sub-20 jugada hace 11 años en nuestro país, primer evento de ese tipo que se disputaba en América Latina.

‘‘Mi mamá me apoyó desde el inicio. Tuve que faltar mucho al colegio por la selección y eso no era una decisión que podía tomar yo sola. Tenía que tener su apoyo porque solo tenía 16 años. Pero después del mundial, me dijo que, si el fútbol era lo que a mí me gustaba, que siguiera. Si es que no hubiese tenido es apoyo desde un inicio no estaría donde estoy ahora. Mi papá también me apoya, siempre me va a ver a los partidos, igual que mis primos, mis abuelos y mis tíos’’.

Tu que partiste en el fútbol femenino desde hace unos 15 años, ¿cómo podrías describir la evolución de este deporte como disciplina?

‘‘Se nota la diferencia en los clubes. Hace 10 años muchos clubes no tenían división de fútbol femenino y a los que existían no se les daba el apoyo que tienen ahora. Se tenían que andar consiguiendo canchas, pelotas o entrenadores, porque los sueldos eran muy bajos para los técnicos que trabajaban en fútbol femenino.

Todo ha cambiado mucho. Hay mucha más gente que se está interesando en él. El financiamiento que se pone también es muy distinto. Hoy es maravilloso ver cómo niñas chicas se están formando con otras herramientas que nosotras no tuvimos en su momento. El desarrollo de las jugadoras debe que empezar en las edades tempranas, porque lo que a nosotras nos pasa ahora es que nos enfrentamos con equipos del mejor nivel mundial, donde todas empezaron a los cinco años. Las diferencias se deben ir acortando y por eso las niñas tienen que empezar lo más pequeñas posible, y eso es lo que se está haciendo ahora’’.

Actualmente, la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) cuenta con entrenamientos y campeonatos de fútbol infantil que van desde la categoría sub14 hasta la sub11, pudiendo poner en competencia a las seleccionadas desde muy pequeñas.

¿Y en cuanto a su inserción en la sociedad?

‘‘Dado que clasificamos al mundial de Francia en 2018, la selección tuvo más apariciones en prensa y en varias plataformas. Ese año fue exitoso y de ahí todo el boom. Creo que ese salto fue parte del cambio cultural que hemos tenido como país… la importancia y protagonismo que ha tenido viene mucho de la mano con este tema, lo cual nos ha ayudado mucho a que se rompan estigmas o etiquetas que tiene el fútbol sobre que puede ser poco femenino u otras cosas que no tienen sentido. Hoy de eso hay mucho menos, sigue habiendo trabajo que hacer, pero se ha avanzado mucho.

Lo único que queremos es que se siga desarrollando este deporte, que la gente se dé cuenta que hay mucho potencial, ganas y esfuerzo de parte de nosotras. Es lindo ver como las niñas están empezando cada vez a jugar de más chiquititas, a tener niñas en el club de la Universidad de Chile, al cual pertenezco, de siete años entrenando mixto, después tener una sub15, sub17, un adulto...es muy bueno que se esté dando este espacio para el fútbol femenino en Chile’’.

Gran parte de tu carrera como futbolista la viviste en el colegio y en la transición a la educación superior, ¿cómo fue ese proceso?

‘‘Recuerdo que entrenaba en la mañana y en la tarde, entonces iba solo un rato al colegio. Me acuerdo que mi mamá me grababa los libros en un pendrive y yo los escuchaba cuando tuviera tiempo para después dar la prueba... cada materia tenía su estrategia. El apoyo de mi familia fue muy importante, porque al final del día no me daba porque simplemente el cuerpo no te da, ya tenía el cansancio del entrenamiento y sin el apoyo de alguien a full, no se puede.

Después, no tuve mucha preparación para la PSU porque justo di la prueba en 2008 cuando fue el mundial sub20. No sabía si iba a poder darla, pero pude coincidir y la di…siempre pensando en prepararla bien al año siguiente. Pero me fue bien y pude entrar al tiro a la universidad’’.

Daniela Zamora calcula que en sus cuatro años de enseñanza media promedió nota 6,6. Por otro lado, en la Prueba de Selección Universitaria sus tres puntajes promedian más de 600 puntos, pudiendo ingresar a FEN sin necesitar pasar por Sistema de Ingreso Especial para Deportistas Destacados.

¿Por qué quisiste desarrollarte académicamente estudiando IICG en FEN?

‘‘Hace 10 años era impensado dedicarse al fútbol. Eso yo lo tenía claro...por lo menos acá en Chile. Acá nadie te paga, yo aún juego gratis y no tengo sueldo mensual. Si bien, hay premios cuando ganamos o cuando clasificamos a algún campeonato importante, de por sí no hay un contrato de trabajo. Al contrario de lo que pasa con los hombres. Y esto, hace 10 años era peor, por eso yo sabía que no podía dejar de estudiar e intentar dedicarme al fútbol. (…) Además, todos en mi familia me apoyaban en el fútbol, pero no querían que dejara al 100% mis estudios.

Por otro lado, no había pensado mucho qué estudiar. Sabía que me gustaban las matemáticas y escuché por ahí que Ingeniería en Información y Control de Gestión tenía mucha computación, que me gustaba, y también matemáticas. Vi la malla, vine a FEN y me interesó. Una vez adentro, me gustó mucho la carrera. Mis favoritos eran los ramos de sistemas, que eran mi fuerte, y también los ramos específicos de control de gestión.

Tener esta carrera era esencial, yo creo que estudiar era la base para seguir desarrollándome como persona, no me veo sin una carrera profesional ahora. Estoy jugando fútbol, pero estoy tranquila con que ya tengo mi carrera y mis años de experiencia en el mundo laboral y que puedo darme este ‘lujo’ de tomarme el año y dedicarme más al fútbol, pero sabiendo que voy a volver a mi profesión’’.

¿Cómo lograste rendir bien en ambos aspectos y cómo recuerdas tus años en FEN?

‘‘Tuve mucha suerte, siempre me dieron las facilidades. Tuve que viajar harto por la selección en algunos años de la universidad y daba exámenes recuperativos y ese tipo de cosas. Nunca tuve ningún problema sobre las clases.

En tercer año empecé a jugar por la universidad y por FEN...fue maravilloso representarlos. Al final, lo que te entrega el fútbol son los distintos grupos de personas que conoces. En la selección universitaria formamos un grupo muy unido, donde se está representado a la universidad, pero al final estás corriendo por tu compañera. Es muy linda la sensación que se da al representar a tu universidad y hacerlo con una amiga. Es muy especial.

Tengo muchas amigas de la universidad fuera del mundo fútbol con las que hasta el día de hoy mantenemos contacto. Además, esta facultad es linda, tiene espacios para recrearse, se hacen cosas entretenidas los viernes...es como una comunidad, donde siempre encuentras personas con las que vas estar toda la vida (...).’’

Tras su paso por FEN, Daniela Zamora obtuvo la tercera distinción en su examen de grado, para el cual se preparó arduamente durante dos meses con un par de amigas con las que estudió, hizo pruebas mutuamente y comparó respuestas. Además, salió campeona del Torneo Interfacultad (TIF) y los Juegos Olímpicos Universitarios (JOE). En nuestra facultad la deportista también conoció a su actual pareja, una profesional egresada de Ingeniería Comercial con quien hace meses realizó el Acuerdo de Unión Civil.

¿Recuerdas qué sentiste al egresar?

‘‘Uno siempre tiene miedo al salir. Yo pensaba que no sabía nada, uno sabe que tiene la teoría, pero siempre es difícil entrar al mundo laboral. Pero al momento en que entras te das cuenta que las herramientas que te entregan en la carrera son muy útiles. Quizá no el sistema o la herramienta específica, pero sí la manera de pensar, de resolver problemas o cómo desenvolverse con alguien. Son herramientas que uno no sabe que las tiene. Después todo fluye…ya pasaste por una buena universidad y por una buena carrera. Te enseñaron harto y ¡ya!, tienes que lanzarte y confiar en que lo hiciste bien’’.

Daniela encontró trabajo al mes y medio de egresar, iniciando como analista en del área de control de gestión en la compañía de seguros BICE VIDA. Hoy ya suma cuatro años en la empresa y ocupa el puesto de Analista Senior.

¿Cómo te ayudó el deporte a tu formación y carrera profesional?

‘‘El deporte te da capacidad de organización, porque tienes menos tiempo para todo, entonces te obliga a organizarte mejor. También te permite desarrollar la capacidad de trabajo en equipo, que no en todas partes lo puedes hacer y poner en práctica en todo momento y, sobre todo, te da disciplina. Ya tener un entrenador que te dice y guía en lo que tienes que hacer, forma parte de un aprendizaje. El deporte me ayudó con mi rendimiento y me obligaba a ser de esa forma porque si no, no lo iba a lograr

¿Cómo ha sido tu experiencia en el mundo laboral?

‘‘A parte del fútbol me gusta mucho mi trabajo... me gusta lo que hago día a día y cuando te gusta algo es fácil hacerlo. Cuando entré a trabajar dejé el fútbol por tres años, me salí de la selección y del club y dije: ‘Ya, es mi momento. Ahora me toca trabajar. En 2014 no clasificamos al mundial y pensé que había llegado la hora de mi retiro.

Lo hice porque es muy difícil compatibilizar un trabajo de jornada completa con los entrenamientos.  Fueron tres años sin jugar en los que lo pasé muy bien... conocí a mis compañeros de trabajo y me desarrollé mucho más como profesional.

¿Cómo y por qué retomaste el fútbol?

‘‘Volví en mayo del año pasado porque Chile clasificó al mundial de Francia 2019 y era mi última posibilidad de ir a un mundial adulto. Ya tengo 28 años y la próxima competencia sería a mis 32, donde es mucho más difícil. Lo vi como la última oportunidad de cumplir un sueño, que es representar a Chile en la categoría adulta. Me uní al club Universidad de Chile y de ahí me llamaron a la selección. Sabía que tenía posibilidades, pero eso también fue una apuesta... tenía que intentarlo.

Un par de meses después de haber retomado el fútbol, Daniela Zamora fue convocada a la selección para lo cual decidió pedir un permiso especial en su trabajo durante el mayo para enfocarse, entrenar y prepararse para el mundial de Francia 2019 que inicia el 07 de junio. La ingeniera está amparada por la Ley del Deporte (Ley 19712), promulgada en 2001 que exige a las instituciones o empresas privadas a conservar la propiedad del empleo de los y las trabajadores/as que deban concurrir a competencias en que representen al país.

En el marco de los 30 años de tu carrera y tomando en consideración tu experiencia como ingeniera y deportista mujer, ¿qué mensaje le podrías dar a tus futuras colegas de FEN?

‘‘Les digo que disfruten el proceso, es muy linda la etapa universitaria y deben aprovechar todas las herramientas que la carrera les va entregar. Quizá en este momento no lo ven, pero cada cosa que les enseñan tiene un por qué. La formación que te dan…es impresionante cómo se refleja después.

También les digo que impulsen a más mujeres a estudiar lo que quieran, independiente lo que escuchen sobre lo que ‘deberían o no estudiar’, porque la final la decisión la tiene una y si tú quieres hacer algo lo debes hacer, no porque alguien te diga que no puedes o no deberías hacer algo vas a detenerte. Se está ganando mucho espacio femenino en áreas de mayor jerarquía y es una etapa que tenemos que vivir y que vamos a poder superar equiparar las cosas’’.