20 de Septiembre, 2022

Desafíos tras el fin de la tasa LIBOR

En diciembre de 2021, se dejaron de publicar las tasas LIBOR, que es una tasa de interés interbancaria aplicada por los bancos que se prestan dinero entre sí. Su importancia radica en su amplia utilización en trillones de préstamos, deudas a tasa variable y contratos financieros, en el mundo. A abril de 2022, existían más de USD 200 billones en contratos financieros, lo que equivale a 2,5 veces el PIB mundial.

 

La duda tras su eliminación -justificada en que no representaba a los mercados globales, ya que sólo un grupo de bancos en Londres la establecía; no estaba basada en transacciones verificables;  y por estar sujeta a manipulación-, fue qué referente de tasa la reemplazaría.

 

En EE.UU., al igual que en Chile, se está haciendo el cambio a Secured Overnight Financing Rate (SOFR). A diferencia de la LIBOR, cuyo valor no se determinaba por lo que los bancos pagaban, sino que se definía por lo que los bancos creían que pagarían, SOFR se establece por transacciones verificables en el mercado, contando con garantía en bonos del tesoro de EE.UU., lo que hace que las transacciones sean reales y no “intenciones” y haciendo que sea menos susceptible de ser manipulada. 

 

Y es que esta última característica es la que llevó a que expertos en el mundo cuestionaran su utilización. Sin ir más lejos, en la crisis subprime de 2008, la LIBOR jugó un papel clave en el desastre financiero. ¿La razón? Los bancos que la fijaban, estimaban tasas de interés cada vez más altas, lo que encareció los préstamos. Esto ocurrió pese a que los bancos centrales recortaron las tasas de interés. Este hecho hizo sumar detractores, situación que se acrecentó en 2012, cuando investigaciones descubrieron un esquema generalizado y duradero entre varios bancos, para manipular las tasas LIBOR con fines de lucro.

 

Para la industria, realizar este cambio presenta dos desafíos: Que los productos nuevos estén referenciados a SOFR, y modificar los productos indexados a la LIBOR con vencimiento a junio de 2023.

 

Actualmente, los bancos de los principales mercados financieros están referenciando los créditos y derivados en SOFR. Sin embargo, el proceso ha ido más lento al ajustar los instrumentos con vencimientos superiores a junio de 2023, lo que podría implicar ajustes significativos en las condiciones de los contratos vigentes. Cabe destacar que este es un proceso operativo y no una oportunidad de transacción rentable. Por lo tanto, no debería significar un cambio en el valor del crédito o derivado.

 

Chile ha implementado plataformas para el uso de SOFR. Pese a ello, en relación al cambio de instrumentos vigentes, el avance ha sido lento, sobre todo en la transición de créditos o instrumentos derivados del mundo corporativo, que se ha dificultado bastante, debido a la definición de nuevos spreads y las condiciones o características que tendría SOFR en los contratos.

 

El sistema financiero es el principal responsable de esta transición. Así como también, es responsabilidad de los usuarios y reguladores hacer que el cambio sea armonioso y oportuno, para no afectar la estabilidad del sector. 


Harold Contreras
Académico DCS

 

Cristián González
Gerente de Negocios de NetGO Financial Risk Managemen