05 de Octubre de 2011

Educación: en punto de no retorno

Enrique Manzur Mobarec Vicedecano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile Diario Financiero 8 de septiembre de 2011

El trágico y lamentable accidente del avión que se dirigía al archipiélago de Juan Fernández, ocurrido el pasado viernes y que ha conmocionado al país, puso en evidencia la importancia del concepto de punto de no retorno. Este último, se refiere al punto en el cual un objeto no puede regresar a su lugar de partida. En este caso, el avión no podía regresar al continente debido a que el combustible restante no era suficiente y, por lo tanto, la única posibilidad era seguir avanzando hacia su destino. Haciendo un paralelo de lo anterior con el movimiento estudiantil por una educación pública de calidad, podemos afirmar que el proceso traspasó el punto de no retorno. En otras palabras, ya no es posible volver atrás (mantener el status quo) y sólo queda tratar de asegurar que el nuevo escenario al que arribemos sea el más favorable para el desarrollo equitativo y sostenible del país. Es interesante notar que la revolución de los pingüinos ocurrida en 2006, pese a su importancia, no alcanzó a sobrepasar el punto de retorno y sólo se lograron modificaciones parciales al sistema existente. Esto explicaría, en parte, la desconfianza de los actuales dirigentes estudiantiles respecto a no deponer las movilizaciones hasta no ver cambios significativos. Existen múltiples antecedentes que muestran que en educación ya no es posible mantener el status quo. En primer lugar, las demandas del movimiento han tenido un fuerte eco en la opinión pública que se manifiesta en la transversalidad en el apoyo a la misma, de hecho en la última encuesta de Adimark el 76% de los encuestados dijo estar de acuerdo con las demandas de los estudiantes y sólo un 14% se manifestó en desacuerdo. En esta misma línea, también destaca el apoyo brindado al movimiento por algunas instituciones de educación superior y colegios particulares, más por solidaridad y comprensión del problema que por su propia situación. Otro factor que evidencia la llegada al punto de no retorno, es la convicción mostrada por los estudiantes que se manifiesta en la extensión y constancia de las movilizaciones, incluso poniendo en riesgo el año o semestre académico. Además, el Gobierno ha ido mostrando una mayor disposición a aceptar gran parte de las demandas estudiantiles en las sucesivas propuestas que ha realizado con posterioridad al GANE. En definitiva, para que el aterrizaje en este nuevo escenario sea favorable el Estado tendrá que invertir mayores recursos en educación, para aumentar la subvención escolar y atraer a los mejores talentos a las pedagogías, de manera de asegurar una educación pre-básica, básica y media gratuita y de calidad. Además, deberá entregar mayores aportes basales a las universidades estatales a cambio de un mayor control de los aranceles y reducir el costo de financiamiento de los estudiantes en la educación superior. Todo lo anterior, sin caer en populismos regresivos como lo sería el establecer educación superior gratuita para todos.

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