07 de Octubre, 2019

El valor de actualizar las herramientas de Control de Gestión en una época de cambios hacia una economía sostenible

Cada vez es más difícil encontrar organizaciones donde no se converse sobre sostenibilidad y sus implicaciones, como la necesidad de adaptarse y mitigar los riesgos del cambio climático u optimizar los procesos internos para disminuir los impactos propios de la operación. Y lo cierto es que no puede ser de otra forma. La actual crisis que estamos viviendo como sociedad, con problemas sociales y ambientales sin precedentes, nos obliga a todos a tomar las medidas necesarias para enfrentar los desafíos que ésta conlleva.

 

En los 70s, Milton Friedman señalaba que la única responsabilidad social de las empresas era obtener utilidades para sus accionistas (mientras se cumpliera con la regulación presente). Sin duda, sus palabras y filosofía tuvieron gran impacto en el mundo empresarial occidental. Muchas prácticas, metodologías y la misma educación en las escuelas de administración y negocios giraron en torno a esta premisa, donde la visión prevalente era la de poner la mirada financiera por sobre el resto de los procesos.

 

En esta misma línea de pensamiento fue que se creó una de las herramientas más reconocidas del mundo del management: El Cuadro de Mando Integral (BSC por sus siglas en inglés). Recogiendo la filosofía reinante, esta metodología proponía una serie de “perspectivas” las cuales, conectadas a través de objetivos e indicadores de forma jerárquica, permitían implementar y controlar la estrategia de cualquier organización. Por supuesto, las primeras versiones del BSC situaban a la perspectiva financiera, la cual recogía los indicadores relevantes para los accionistas, en lo más alto de la pirámide.

 

Sin embargo, los tiempos han cambiado. En el 2018, Larry Fink, CEO de BlackRock, señaló que las organizaciones que quieran prosperar en el tiempo deben mostrar no solo resultados financieros, sino que también demostrar cómo contribuyen positivamente a la sociedad. Y hace un par de semanas, 181 CEOs miembros de Business Roundtable (BRT) firmaron una declaración donde buscan redefinir el propósito de las organizaciones, expandiendo su responsabilidad más allá de los accionistas, incluyendo ahora a clientes, trabajadores, proveedores, y las comunidades.

 

Una rápida búsqueda en Google de ejemplos de BSC permite darse cuenta de que, a pesar del necesario cambio de paradigma, la visión tradicional de la herramienta sigue predominando. De los 100 primeros resultados entregados por el popular buscador, solo uno no presentaba el habitual modelo con la perspectiva financiera como objetivo final. En el mundo académico la situación no es diferente, donde la estructura centrada en los retornos financieros es la versión que se enseña del BSC. Entonces cabe preguntarse si las escuelas de negocios están formando los profesionales de control de gestión que las organizaciones necesitan en la actualidad. En un documento elaborado por académicos europeos*, se nombran 12 ejemplos teóricos y prácticos del BSC que incorporan, en algún grado, indicadores sociales y ambientales junto a los ya conocidos financieros, demostrando que sí existen alternativas a la mirada tradicional del BSC.

 

Alinear debe ser una de las tareas más difíciles para la alta gerencia y las áreas de planificación estratégica, la cual se facilita gracias a herramientas como el BSC. Sin embargo, se debe tener cuidado cuando una herramienta se aplica sin pensar el mensaje que entrega. Utilizando los métodos tradicionales del Cuadro de Mando Integral, se da la señal clara de que lo más relevante sigue siendo la utilidad financiera por sobre el resto. Por lo tanto, es relevante comenzar a presentar instrumentos como el BSC en sus nuevas versiones, sobre todo desde la formación académica, las cuales integran la nueva responsabilidad de las empresas con respecto de todos sus stakeholders. Porque si todo el mundo está cambiando ¿por qué el control de gestión debe seguir igual?

 

*Hansen, E. G., & Schaltegger, S. (2016). The sustainability balanced scorecard: A systematic review of architectures. Journal of Business Ethics, 133(2), 193-221.

 

Maximiliano Romo
Egresado FEN Ingeniería en Inf. y Control de Gestión y Contador Auditor
Máster en Ciencias de la Sostenibilidad
Profesor FEN del curso: Sostenibilidad en las organizaciones: Un enfoque de gestión.