13 de Marzo de 2017

Encasillamiento

Es importante que salgamos de izquierda-derecha característico de nuestro pasado y que aún nos agobia

Chile no ha logrado superar las dicotomías de “izquierda” y de “derecha” que tanto mal nos han hecho en el pasado y que parecían superadas con el retorno a la democracia. ¿Cómo se definen estas aparentemente contradictorias visiones sobre la vida económica y social? La “izquierda” propone fundamentalmente que los problemas que tenemos deben ser resueltos por la acción directa del estado, no sólo como regulador, sino también como productor e inversionista. Así, por ejemplo, la corrección de las malas prestaciones de salud para la gran mayoría debe ser atacada con más y mejores prestaciones por parte de los hospitales públicos y de FONASA. Igualmente, la solución de “izquierda” a nuestro déficit de infraestructura estaría en más construcción por parte del estado. La izquierda desconfía de las soluciones tales como hospitales auto gestionados o de licitaciones y concesiones de infraestructura al sector privado. 

Por otra parte, la “derecha” aboga por entregar todo al mercado. En el problema de las pensiones, lo único que se requeriría sería hacer algunos cambios paramétricos al sistema de capitalización individual (por ejemplo, edad de jubilación, obligatoriedad de cotizar para los trabajadores por cuenta propia). En educación, más subsidios a la demanda y dejar que los privados, con o sin fines de lucro, se encarguen de la oferta. 

Esta manera de pensar acota los grados de libertad con los cuales se abordan los problemas que tenemos. Y, al encasillar en la dicotomía izquierda-derecha a los que emiten opiniones, las rechazamos o aceptamos sin un análisis serio. Si alguien está a favor de una solución en que se le da espacio a la acción del mercado, esa persona es rotulada como de “derecha”. Igualmente al revés: una opinión a favor de una intervención estatal es motejada como de “izquierda”.

Ni lo uno ni lo otro. El mercado puro y duro no resuelve problemas de la mayor importancia: la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, la protección del medio ambiente, las asimetrías de información que caracterizan a muchos mercados (los financieros, especialmente) y que requieren de regulación, la transformación de la estructura productiva. Por otra parte, el estado no es un ente omnímodo que puede resolver cualquier problema que tenga la sociedad. De hecho, las acciones del estado suelen ser defectuosas y prestarse para abusos. En el caso chileno, hemos visto que la calidad del estado ha ido retrocediendo, a medida que criterios políticos y clientelistas han pasado a primar por sobre la capacidad técnica necesaria para solucionar problemas. Por otra parte, no utilizar el mercado, corrigiendo los incentivos que entrega con el objetivo de inducir comportamientos deseados, es un evidente desperdicio: el mercado suele ser el mecanismo más barato e impersonal para asignar recursos. 

Es importante que retomemos la capacidad de reflexión libre de rótulos y que salgamos del encasillamiento de izquierda-derecha, tan característico de nuestro pasado reciente, y que todavía nos agobia. 

Manuel Agosin Decano Facultad de Economía y Negocios U. de Chile , Diario La Tercera 10 de marzo del 2017

 

 

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