25 de Noviembre de 2010

¿Es expansivo o austero el presupuesto fiscal 2011?

Profesor Joseph Ramos Facultad de Economía y Negocios Universidad de Chile

El proyecto de ley de presupuesto fiscal 2011 contempla un aumento real en el gasto público de 5,5% respecto al gasto efectivo de 2010. Este aumento es unas décimas menos que el PIB proyectado por el mercado para el 2011, de 6%. Asimismo, el proyecto de presupuesto estima una reducción de 1/2% del PIB en el déficit estructural, de -2,3% este año a -1,8% del PIB el año que viene. En este sentido se podría pensar que el presupuesto es más bien austero que expansivo. Sin embargo, son varias las dudas al respecto. Primero, el aumento de 5,5% en el gasto es respecto al gasto efectivo de 2010, incluyendo el gasto por terremoto, pero es 10,5% más en términos reales de lo contemplado en la ley de presupuesto del 2010. Segundo, si bien el gasto crecerá menos que el PIB esperado, crecerá por sobre el crecimiento del PIB tendencial, estimado en 4,8% por el comité de expertos al respecto. Tercero, es cierto que parte de la explicación del aumento del gasto en el 2011 se debe a gastos no recurrentes originados en el terremoto. Debido a ello el gasto de inversión crece 18,7% en términos reales respecto a la ley de presupuesto del 2010. Sin embargo, el gasto corriente, lo que no es inversión, y presumiblemente el gasto no vinculado con la reconstrucción, crece 8,6% en términos reales respecto a la ley de presupuesto del 2010. Esto es bastante más que el PIB proyectado o que el PIB tendencial. Es cierto que la ley de presupuesto 2011 sugiere que en los años siguientes, 2012-2014, el gasto subirá del orden de 3% anual, lo cual luce austero. Pero, no es así. En efecto, los gastos de 2010 y 2011 contienen fuertes incrementos en gastos no recurrentes – primero, los adicionales para estimular a la economía frente a la recesión del 2009, segundo, los requeridos para abordar la reconstrucción después del terremoto. Los dos juntos fácilmente alcanzan al 12% del gasto público. De ahí que la proyección de 3% anual para los años venideros no es nada de conservador, ya que ese 12% de gasto, actualmente transitorio, se hace permanente en el 2012-2014. Distribuido este gasto no recurrente entre los próximos 3 años le agrega un 4% adicional anual al gasto permanente. O sea, entre 2012-2014 el gasto permanente efectivo crecería no 3% anual si no del orden de 7%, lo cual no es nada de austero para un PIB proyectado en 5,5% o, inclusive 6% anual. Ni menos lo es para quienes pensaban que había harta grasa que cortar en el gasto público. Pese a esta importante expansión del gasto público, la ley de presupuesto proyecta una reducción de ½% del PIB en el déficit estructural para el 2011. Lo que hace posible esta reducción del déficit estructural pese al fuerte aumento en el gasto público es el alza importante del precio del cobre de largo plazo estimado por el comité de expertos, de US$ 2,13 a $ 2,59 la libra. En efecto, esta alza en sí eleva los ingresos estructurales en cerca de 1% del PIB, con lo que no hay que hacer esfuerzo especial alguno para reducir el déficit en ½% del PIB. De hecho, fue el aumento en la estimación del precio de largo plazo del cobre el que permitió que el gobierno de Michelle Bachelet aumentara el gasto público más allá que el crecimiento del PIB y, no obstante, siguiera ahorrando. Si esto ameritó que en su momento las actuales autoridades consideraran eso como una política demasiada expansiva, pues elevaba el gasto más que el producto, bajo la misma vara se debería considerar la política fiscal propuesta para el 2011 como demasiado expansiva.

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