31 de Agosto de 2009

Evaluando los Programas y las Políticas Públicas

David Bravo Académico Departamento Economía Universidad de Chile El Mercurio, 27 Agosto 2009

Si ud. quiere saber la efectividad de un determinado tratamiento contra el cáncer, la comunidad científica establece altos estándares para considerar los resultados de un estudio como evidencia. Esta evaluación debe idealmente considerar procedimientos experimentales, donde un grupo de pacientes seleccionado al azar recibirá el tratamiento experimental en adición a un procedimiento tradicional, mientras que otro grupo proveniente del mismo sorteo recibirá el procedimiento habitual. Un seguimiento y la comparación de estos dos grupos de pacientes en el tiempo permite evaluar al cabo de varios años la efectividad del procedimiento, demostrando científicamente su impacto y, dependiendo de los resultados, recomendando su implementación a gran escala. ¿Por qué no aplicar entonces a los programas y las políticas públicas los mismos estándares que se aplica en las ciencias experimentales? ¿Es que acaso los temas sobre los cuales se debe decidir no son de la misma o incluso mayor relevancia? Considérese, por ejemplo, que la reforma previsional incrementará en régimen, el gasto fiscal en cerca de un 1% del PIB; o el subsidio al empleo de jóvenes que se inició en julio recién pasado tendría un costo cercano a los US$100 millones anuales. A partir de 2008 se constituyó una nueva línea de Evaluación de Programas que apunta a realizar evaluaciones rigurosas y científicas de las políticas públicas. La Dirección de Presupuestos y el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile -institución pionera en América Latina en esta materia-, establecieron los criterios centrales: diseñar la evaluación al mismo tiempo que se diseña el programa o la política; considerar idealmente diseños experimentales (o bien, cuasi-experimentales bien implementados); en cuanto a la evaluación, deberá ser externa y no puede estar vinculada con el Ministerio o servicio que ejecuta el programa, de allí que la nueva línea utilice ejecutores externos; todo nuevo programa que implique una reforma estructural o un incremento mayor de recursos deberá tener una evaluación con estos estándares; y, finalmente, se promoverá el desarrollo de pilotos que permitirán la evaluación de políticas antes de su implementación a gran escala. La nueva línea ha comenzado con la evaluación de 5 programas entre los que se encuentra la reforma de pensiones, el subsidio al empleo juvenil, la Subvención Escolar Preferencial y el programa Chile Crece Contigo. Al cabo de dos o tres años podremos conocer si estas intervenciones están teniendo el efecto esperado o si deben ser modificadas en algún grado. La nueva línea de evaluación es una reforma central en el aparato del Estado y marca un hito (probablemente silencioso) en la modernización del Estado.

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