11 de Agosto de 2016

EXTREMA URGENCIA

Es cierto que el Proyecto, ahora declarado como “urgente”, no podía “deja conforme a todos”, pero ha logrado la preocupante marca de “dejar disconformes a todos”.

El proyecto de Ley para normar la educación superior chilena ha sido recientemente declarado de “extrema urgencia” por parte del Ejecutivo. Con esto se pretende acelerar los plazos para la discusión legislativa y se presiona para tener un resultado en términos de una ley aprobada que tenga vigencia a contar del año 2017. La pregunta que cabe es ¿Cómo podría ser de extrema urgencia un proyecto sobre un tema que ha estado esperando por veinte años en la agenda de Educación? Y, al mismo tiempo, es necesario considerar ¿Cómo podría ser de extrema urgencia el tratamiento de algo con la complejidad y diversidad que revisten los problemas de la educación superior chilena? El proyecto trata de normar todas las materias posibles y relevantes en el contexto de un solo cuerpo legal, lo cual naturalmente deja vacíos en el contexto de cada problemática que no podrán llenarse durante una acelerada discusión en el Congreso. Por lo demás, hay materias que no han sido incorporadas en el proyecto en cuestión, como es el caso de las universidades estatales y una definición acerca de su rol en el actual sistema, como asimismo respecto del financiamiento y entrega de lineamientos por parte del Estado chileno. La extrema urgencia declarada no ayuda a un mejor proceso legislativo sobre una materia tan delicada, y que toca tantos ámbitos distintos que van desde institucionalidad, regulación y financiamiento a temas de acreditación y selección y admisión de los nuevos estudiantes. Lo más grave es que esta estrategia legislativa se pone en práctica junto con un enorme déficit de diálogo con los actores principales del sistema: rectores, académicos y estudiantes. Han existido variados reclamos sobre la estrategia que empleó el Ministerio en la elaboración y presentación del proyecto de ley ante el Congreso Nacional, especialmente debido a la ausencia de actores relevantes en un diálogo. Efectivamente, como ya se ha dicho, es cierto que el Proyecto, ahora declarado como “urgente”, no podía “deja conforme a todos”, pero ha logrado la preocupante marca de “dejar disconformes a todos”

Luis Riveros Académico de U. de Chile Diario Estrategia 10 de agosto de 2016

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