06 de Julio de 2012
Imperio de Pasiones
Luis A. Riveros
Académico de U. de Chile
Diario Estrategia
04 de julio de 2012
Se ha ido generando un pésimo ambiente en el país, marcando el debate sobre varios asuntos importantes. El salario mínimo es uno de ellos, y otra es la cuestión relativa al lucro efectuado por universidades privadas. Requiriendo ambos temas de un enfoque objetivo que envuelva todas las implicancias de eventuales decisiones, el debate es más ideológico que nada y pone como trasfondo la cuestión del poder político y de las elecciones que están por venir. Por cierto, no es la forma de encarar dos temas serios que requieren resolución, judicial en un caso debido a que eventualmente se burló la ley, y económico en el otro, ya que estamos ante decisiones que afectan el empleo e ingreso de muchos conciudadanos. El debate que perciben los chilenos se da en las calles, en medio de protestas que nada agregan a la calidad de las soluciones. El debate político, por otro lado, no logra encauzar la inquietud de la gente, y más bien se orienta a afirmaciones ubicadas en el contexto medial y cortoplacista que ha caracterizado últimamente a la política chilena. Hay dos temas cruciales sobre los cuales no existe conducción ni claridad, ni se lleva hacia la ciudadanía una elaboración clara sobre las propuestas y sus eventuales consecuencias. Todo parece encerrarse en la próxima elección presidencial, de la cual la mayoría de los chilenos parece estar alejado al no recibir nociones específicas de lo que ello implicaría.
Y más adelante los temas saldrán de las primeras planas periodísticas, como ya ha pasado con el proyecto de reforma tributaria, con lo que la ciudadanía se quedará con el sabor de una aspiración que, finalmente, trocó en opaca negociación política. Es difícil que así se pueda conseguir participación ciudadana para otorgar real sustento a la democracia y poner a Chile con la mirada en el futuro. En el imperio de las pasiones, siempre hay poco espacio para la razón.
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