24 de Enero de 2011
La nueva normativa contable y su impacto en el Fraude de Estados Financieros
Miguel Angel Díaz
Académico
Comité Técnico IFRS
Universidad de Chile
El fraude empresarial toma variadas formas pero independiente de su tipo, siempre genera importantes pérdidas y peor aún, deja huellas difíciles de borrar. La existencia de entidades internacionales dedicadas a analizar casos alrededor del mundo, nos permite tener información suficiente para realizar análisis y determinar tendencias que, finalmente ayudan a la prevención, detección e investigación de fraudes.
Por ejemplo, con esa información, la Asociación de Examinadores de Fraudes Certificados ha llegado a determinar una clasificación general de fraudes en tres grandes grupos: Apropiación indebida de activos, Corrupción y Fraude en estados financieros. Este último grupo concentra el 5% de los casos detectados de fraude a nivel internacional y en promedio las pérdidas por este tipo de fraudes alcanzan a US$135.000. De acuerdo a esos mismos antecedentes, el tiempo que transcurrió desde que se iniciaron las actividades fraudulentas hasta que fueron descubiertas, fue superior a 27 meses para aquellos fraudes sobre estados financieros.
Las nuevas prácticas contables establecidas por IFRS, generan nuevas posibilidades de fraudes sobre los estados financieros. La falta de conocimiento de las nuevas definiciones contables, las definiciones ambiguas que puedan aparecer en las normativas contables o la posibilidad que se le entrega a las empresas sobre los métodos de valoración de sus activos, entre otras, abren nuevas oportunidades para que actos fraudulentos se oculten a través de registros contables. Al mismo tiempo, los factores antes mencionados también permiten manejar los registros contables con el fin de mostrar mejores cifras, sin que sean oportunamente detectadas por personas que utilizan esos estados financieros para tomar sus decisiones.
Por todo lo anteriormente expuesto, los responsables del control interno y de la prevención de delitos económicos, ya sean internos o externos, tales como auditores, contralores o especialistas en investigación de fraudes, deben dominar la nueva normativa contable, las alternativas de valorización de activos y especialmente las técnicas de prevención, detección e investigación de esquemas de fraudes que afectan a los estados financieros.
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