La reforma laboral que está en discusión en el Senado considera las relaciones laborales como un juego de suma cero. Los empleadores reclaman flexibilidad laboral y los trabajadores seguridad en el empleo y las remuneraciones. Lo que está en juego es la preservación de dos bienes públicos: la estabilidad en los ingresos de los trabajadores y la flexibilidad laboral y, para lograrlo, es necesario avanzar hacia una solución más creativa –como las de Japón, Alemania o Dinamarca- que las visiones antagónicas que denominan discusión.
Asimismo, la experiencia chilena de los últimos 25 años nos dice que el crecimiento es esencial para disminuir el desempleo y para el aumento en los salarios reales.