28 de Noviembre de 2012

¿Personas v/s Pyme?

Aldo Caprile Director Centro de Control de Gestión Universidad de Chile Revista City 19 de Noviembre de 2012

Sin importar el tamaño, las empresas –sean éstas pymes, familiares de gran tamaño o multinacionales gigantescas- son todas compañías. No obstante, vale preguntarse: ¿debe siempre usarse el enfoque tipo “víctima y victimario” para implementar acciones que favorezcan –supuestamente- a los empleados de una firma?, ¿los trabajadores son el sector débil ante las pymes? Si analizamos algunas medidas políticas y ciertas conductas protectoras de “los indefensos” nos damos cuenta que dicho paradigma es limitado si buscamos el máximo bienestar común y, a su vez, construir un mejor país. Analicemos un caso: los juicios laborales –los cuales tienden a fallar a favor de los trabajadores- les permite a buena parte de ellos contar con abogados de forma gratuita. ¿Y las pymes? No tienen garantizada la gratuidad de este tipo de profesionales, en un juicio con altas probabilidades de perder. En este caso, ¿es el empleado el más débil? Tengamos además en consideración que una gran cantidad de pymes tienen pérdidas o utilidades exiguas, lo que significa que probablemente el dueño es el trabajador de la empresa que gana la menor de las rentas, si lo vemos en términos netos. Esto debido a que su salario no paga su costo de oportunidad, ya que si se abona el sueldo patronal puede desfinanciar el negocio y mostrar peores resultados financieros ante la banca, lo que puede dejarlo sin acceso a créditos. Esa es la realidad de la pyme chilena. Una de las decisiones más recientes fue designar el pasado 19 de septiembre como feriado irrenunciable. Sólo se podían abrir locales comerciales atendidos por sus dueños, lo que a juicio de algunos gremios concluyó con altísimas pérdidas económicas a nivel país. Una forma de verlo, es que esto se justifica porque así la mayoría de los trabajadores pudieron contar con un merecido descanso. Mientras el otro punto de vista es claro en mostrar un efecto de vista es claro en mostrar un efecto negativo desde la productividad, pero también desde la calidad del servicio prestado. Muchas familias no tuvieron una fiesta con el cariz de turismo interno “a la altura” –puesto que cerraron tiendas, minimarkets, etc.- y no hubo prácticamente alternativas para hacer un asado si no fueron previsores. Entonces, ¿se perdió la oportunidad de tomar una medida menos extrema que considere una oportunidad de al menos favorecer el comercio pyme por ejemplo? ¿ Y qué tal las políticas de protección al consumidor? Estoy ciento por ciento de acuerdo con que prácticamente ninguna empresa que atiende personas naturales quede fuera del control sobre la prestación de un servicio justo trasparente, lo que por ejemplo justifica un Sernac financiero. No obstante, cabe preguntarse: ¿qué pasa cuando una pyme siente que un banco le impuso cláusulas abusivas o que un proveedor está aprovechado más de a cuenta su poder de negociación? No se trata de ignorar medidas positivas a favor de estas firmas, tales como el Sello ProPyme o el artículo 14 cuater, pero sí de desarrollar un análisis más reflexivo a la hora de proponer medidas donde las personas entren en conflicto con las compañías: una segmentación que separe a la pyme de las entidades más grandes luce como necesario antes de sacar conclusiones.

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