26 de Agosto de 2011

Economía y Emprendimiento fue el tema tratado en el segundo UPDATE del mes

En el Auditorio PricewaterhouseCoopers de la FEN se reunieron nuestros egresados para asistir a esta interesante charla, en la cual Rodrigo Wagner, académico visitante del Departamento de Economía de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y, además, PhD y Master de Harvard University, comenzó explicando el trabajo que realiza hace algunos años en EE.UU., el cual consiste en entender cómo funcionan los nuevos negocios y cómo esos nuevos negocios (que impactan a la productividad) afectan el desarrollo de la economía. Posteriormente, mencionó que “economía y emprendimiento” es un tema reciente, ya que sólo en esta última década los países han comenzado a producir cosas nuevas e innovar. Wagner explica que de esta manera es posible pasar al siguiente nivel de desarrollo. Por ejemplo, los países desarrollados poseen economías de escala globales y con ello hacen la diferencia. En el caso de Chile, el sistema de AFP es una innovación grande, una innovación global no patentable. Muchas veces se cree que entender las soluciones son parte de la innovación, pero esto no es así: la innovación consiste en entender los problemas. Mirar los proyectos nacionales con proyecciones globales muy grandes es lo fundamental. Luego de esa introducción, prosiguió con una reflexión macroeconómica. La prensa y distintos partidos políticos afirmaron que entre 1986 y 1996 Chile creció a un 7%. Sin embargo, en años anteriores, Chile creció poco o prácticamente nada en PIB real. Entre 1962 y 1986, la frontera tecnológica del mundo creció mucho. Entonces, que Chile haya tenido un crecimiento del 7%, representa que nuestro país “se puso al día” con su tendencia. A diferencia de Australia, nuestra frontera tecnológica nada se movió previo al año 1986. No hubo grandes transformaciones, oportunidades por explotar, desarrollo de productos intermedios, sinergias ni desarrollo del sector forestal. En seguida, el académico mencionó que hay 2 formas de mejorar la productividad. Primero, aumentar la productividad de cada proyecto en particular y segundo, mover los recursos a proyectos más productivos, aunque en Chile esto es difícil, debido a que los “valores de la familia” están muy arraigados en nuestra sociedad. Después, Wagner señaló que para el incremento de la productividad son importantes las nuevas empresas. En cifras, en EE.UU. las empresas entre 3 a 5 años son empresas que conforman el 1% del total de las empresas, pero generan el 10% de los nuevos empleos. ¿Por qué la creación de empleos bajó durante la crisis? Porque la creación de nuevas empresas también lo hizo. Lo que realmente importa son los cambios de productividad, ocurren mucho y desproporcionadamente en empresas nuevas. Crear políticas que ayuden a mejorar el emprendimiento no son tan obvias. En Chile, empresas de 3 años de antigüedad componen el 6% del total de empresas, pero generan el 17% de la inversión neta. El profesor Wagner, señaló que abortar un emprendimiento o cerrar rápido una empresa, no es tan negativo como se cree, porque este hecho aumenta la productividad y el capital tiende a moverse a proyectos con mayor tasa de retorno. En Chile, a diferencia de EE.UU., no se reemprende mayormente, ya que hay un fuerte estigma social asociado. “¿Apoyar a las PYMES o a las empresas jóvenes? La respuesta depende de qué se quiere lograr, porque las PYMES en promedio son menos productivas que las firmas grandes, pero poseen mayor historial y esto implica, menos fallas de mercado en financiamiento. En cambio, las firmas jóvenes contribuye mucho al crecimiento del empleo, pero poseen menor historial y esto significa, mayores fallas de mercado en financiamiento”, aseguró Wagner. Otro tema que se trató fue quiénes emprenden cuando se aplican políticas públicas que aumentan el emprendimiento. A modo de ejemplo, el académico mencionó a Portugal, país el cual bajó los costos de capital y las barreras de entrada para las nuevas empresas. Las consecuencias fueron las esperadas: entraron más firmas. No obstante, las nuevas empresas poseían una menor tasa de supervivencia, los proyectos financiados resultaron menos importantes y, además, muchas de ella ya existían y, por lo tanto, esta política sólo sirvió para formalizarse. Wagner continuó describiendo un experimento realizado por un profesor de “Harvard Business School” y sus resultados. La hipótesis era que el emprendimiento se “contagia”. El experimento consistía en observar a dos secciones en la Escuela de Negocios de Harvard, una tenía muchos emprendedores y otra muy pocos. ¿Qué ocurrió? Distinto a lo esperado, el curso con mayor cantidad de emprendedores obtuvo una menor probabilidad que los alumnos luego de egresar emprendieran un negocio, pero aquellos alumnos que lo hicieron, obtuvieron mayores tasas de retorno. Como tema de cierre, Rodrigo Wagner invitó a los asistentes a iniciar nuevos negocios, pero tomando en cuenta que se debe contactar a personas con talentos complementarios, identificar los problemas en etapas tempranas, evitar el exceso de confianza, el hecho de abortar un proyecto no es malo y ser críticos. Al terminar, nuestros egresados tuvieron la oportunidad de compartir sus dudas y realizar preguntas sobre el tema. Revisa galerías y videos relacionados en http://multimedia.fen.uchile.cl